El jefe de la organización criminal más importante de la ciudad es sospechoso de haber evadido impuestos. La operación para atraparle es asignada al agente del Tesoro Frank Warren. Él y su compañero pretenden apoderarse de los libros de contabilidad del cabeza de la banda para poder acusarle de fraude fiscal. A pesar de todas las dificultades, entre las que se incluyen las amenazas de muerte a Judith, la mujer de Frank, los dos policías deciden seguir adelante con su trabajo.