Nací en el 57 y enseguida vieron que era varón y que tendrían que llamarme Francisco, que era lo tradicional en la rama Mir de la familia. De pequeño pasé por una etapa de «Currito» (para diferenciarme de mi padre, a quien llamaban Curro) e incluso por una de «Currito de Oro» que años más tarde, todo se aprovecha, utilicé como pseudónimo de un personaje que era torero. Finalmente todo el mundo se puso de acuerdo y me llamaron Paco. Iba para estudiante de Bellas Artes (aunque en realidad lo que quería era dibujar tiras cómicas) cuando tropecé casualmente con el teatro y, hoy en día, después de patear escenarios de todo el mundo durante casi cuarenta años, de crear ocho obras con Tricicle, de escribir un montón, de ganar dos premios Max, de producir varias series de televisión, de crear campañas de publicidad y de adaptar y dirigir (con un cierto éxito) más de cincuenta títulos de teatro, zarzuela y ópera, aún tengo la sensación de que estoy en el mundillo del espectáculo por casualidad. Por si las moscas, nunca he dejado de dibujar.