1848. Diferentes revoluciones se extienden por toda Europa como consecuencia del descontento generalizado de la clase obrera. El fenómeno comienza a afectar a capitales como Viena o Berlín y la situación se vuelve insostenible. En el caso de París, el rey Luis Felipe I de Francia se ve obligado a huir y envía una carta a Victoria en busca de protección. Embarazada de su sexto hijo y angustiada por la situación, la reina deberá hacer frente a la petición de su amigo, a una tensa reunión con el Primer Ministro y Lord Palmerston y al imparable ascenso del cartismo.